lunes, 5 de diciembre de 2016

Cuando un uñero en el pie se convierte en más que un problema...


Centro médico es una serie de ficción que ha aterrizado en Televisión Española hace dos años, para contarnos el quehacer diario en un centro de salud, enfocado principalmente a recrear situaciones reales dentro de la ficción sobre problemas de salud que cualquiera puede sufrir. El primer capítulo, según consta en la pestaña alacarta del sitio web de Radiotelevisión española, se emitió el 26 de octubre de 2015. El formato es muy interesante, bajo mi modo de ver, porque recrea varias situaciones al mismo tiempo, diferentes, con lo que la cuestión médica se diversifica bastante. Y además, al finalizar la ficción, que dura entorno a los 30 minutos, llega la realidad con un espacio dirigido por profesionales de la salud de carne y hueso, que de forma didáctica, enseñan cosas de salud.

Sabido es, y así se refleja en publicaciones científicas, que la divulgación de temas de salud a través de los medios de comunicación en cualquiera de sus formatos, a la postre la educación para la salud, a parte de servir para aprender mediante el entretenimiento, una magnífica y poderosa herramienta docente tantas veces denostada, también sirve para formar a los futuros profesionales de la salud en cualquiera de sus disciplinas. Y no solo para los universitarios de ciencias de la salud, sino también para los alumnos de enseñanzas inferiores. Pero si nos centramos, en los universitarios, todas estas series y películas realizadas al respecto son un perfecto caldo de cultivo para que estos futuros sanitarios sepan varias cosas: aprender a enseñar creando su propio guion, enseñar a aprender a sus futuros pacientes, y estudiar las ciencias de la salud de forma amena, con casos prácticos extraídos del séptimo arte. La verdad, un  lujo.

Y una prueba de ello es la que he llevado a cabo este curso académico, con el alumnado de la asignatura Resolución de casos clínicos, del cuarto curso del grado en Podología, en la Universidad de Valencia. La verdad, han habido dos estudiantes que me han dicho que les ha encantado la clase. No está nada mal, sobre todo cuando uno no está acostumbrado a que de forma espontánea le digan eso.

El capítulo en cuestión se puede ver en el siguiente enlace, y trata sobre una mujer que acude al centro de salud por una uña que tiene morada. A ello, se la ha de añadir que, como problema de salud de base, esta señora padece diabetes. Y para complicarlo más si cabe, tiene abandonada a su diabetes. Es decir, que no realiza un control diario de su nivel de azúcar en sangre, ni cuida su alimentación, ni mucho menos, y fundamental, cuida sus hábitos alimenticios diarios. Cuando se le realiza la exploración pertinente, sale a la luz que tampoco tiene sensibilidad, es decir, que no siente dolor en el dedo. Cuestión que, a la señora, tampoco le quita mucho el sueño.

Fotograma de un momento del capítulo. Se observa el uñero.

Ante esta situación, caben hacer dos cosas: trazar el perfil de la paciente, es decir, conocer y valorar hasta qué punto es consciente tanto de la enfermedad que padece (diabetes con neuropatía asociada), como del problema que la ha llevado a la consulta (el uñero en el dedo del pie), y pensar cuál va a ser la posición del podólogo para abordar la solución del caso. En este capítulo, por desgracia, no han planteado incluir al podólogo en el reparto del guion, y es una médico quien le atiende, sin que eso signifique en ningún caso, vaya por delante, que  merme la calidad de la atención. Aun así, el desenlace deja entrever hasta qué punto puede llegar a complicarse un simple uñero en el pie. 

¿La realidad es así? No voy a decir ni que sí, ni que no. Cada caso es un mundo. Pero para concienciar, por supuesto, sirve. Y para no alargarme más, en una próxima entrada se comentarán más cosas.