miércoles, 6 de agosto de 2014

Zapatos para no calzar en verano


En este caso se va a mostrar cuál es uno de los resultados de de calzar un zapato que lleva al pie muy embutido. Este problema se ve con más frecuencia de lo que se debería, y en la mayoría de los casos, en mujeres. 

Algunos consejos sobre la elección del calzado que no se han incluído en la infografía inferior son estos:

- Comprar el calzado a última hora de la tarde. El pie, por el peso y la actividad diaria, al finalizar el día se ensancha. Unos zapatos que nos probemos por la mañana que vayan perfectos, es muy probable que por la noche sean pequeños.

- Calzar preferentemente chanclas con una sola tira en la parte delantera del pie, justo detrás de los dedos.

- Evitar calzar chanclas con tiras, si las tiras coinciden con el dedo pequeño o con el juanete.

- No calzar zapatos con tacón o cuña de altura superior a los 4 cm.

- Calzar zapatos con la anchura máxima posible (tanto como el pie).

- Calzar zapatos con suela de 1 cm de grosor como mínimo (si no es como si no se llevara calzado).

- Calzar zapatos con sujeción posterior del pie (por el talón). En caso contrario, el pie se va a deslizar sobre el zapato.

- Y si se usan plantillas, y los zapatos cumplen con todos los puntos anteriores, se pueden sujetar perfectamente con velcro a la chancla.



lunes, 4 de agosto de 2014

El verano y la salud de los pies


Ya estamos en agosto, el mes por excelencia para tomarse las vacaciones y vivir prácticamente a remojo en playas y piscinas. Sí, es lo que tiene el calor, que las altas temperaturas nos obligan a refrescarnos.

Cuando uno va a la playa o a la piscina con la intención de ponerse tumbado sobre la toalla o sobre la hamaca, siempre se aplica protector solar en todo el cuerpo. Pero parece que con demasiada frecuencia nos olvidamos que el pie, y sobre todo la planta del pie, también existe y también forma parte del cuerpo.

Durante el verano se producen contagios por verruga y por hongos que se manifiestan pasados unos meses, entre octubre y noviembre. La causa son los espacios húmedos y el uso de las duchas de la playa y la piscina sin la protección de una chancla.

Siguiendo estos consejos, podemos evitar estos problemas y conseguir que las vacaciones en la playa no tengan efectos secundarios para la salud de nuestros pies.

¡Felices vacaciones de verano!