miércoles, 14 de mayo de 2014

El Heloma Interdigital (HLI) II: cosas que NO se deben hacer

En una entrada anterior en el blog explicaba cómo se forma lo que en Podología llamamos Heloma Interdigital, y que quienes acuden al podólogo a consecuencia de éste llaman un "ojo de gallo/pollo entre los dedos" http://carlosblascogarcia.blogspot.com.es/2014/01/el-heloma-interdigital-hli-un-motivo.html

Ahora vamos a ver qué no se debe hacer para tratar este problema leve de la piel, y por qué. A menudo cuando la persona en cuestión va a la consulta del podólogo, por lo general una mujer que tiene entre sus zapatos de uso diario aquellos que son más estrechos que la anchura de sus pies, le dice que va a quitarse el callo que le ha salido entre los dedos porque ya no puede aguantar más. Hasta aquí, por desgracia, todo normal. Y digo por desgracia porque es tontería que salga un callo entre los dedos por usar un zapato más estrecho cuando hay posibilidad de usar zapatos del mismo ancho que el pie. Pero todos lo sabemos: en ocasiones, para presumir hay que sufrir.

La sorpresa viene cuando la persona en cuestión se pone cómoda en el sillón de quiropodología del podólogo y se quita los zapatos y calcetines. En ese momento el podólodo descubre un área de la piel entre los dedos afectados, que le ha dicho esa persona, de color blanco (Imagen 1). Y la respuesta del podólogo es simple: no me digas más, has usado un callicida. La respuesta es instantánea: pues sí, es lo que me han dado en la farmacia.


Imagen 1. En el dedo pequeño se observa una zona de color blanco con el centro de color marrón nacarado.

¿Por qué no se debe aplicar un callicida?

Prácticamente todos los que han tenido o suelen tener un callo conocen qué es un callicida. Se trata de un ácido, por lo general salicílico, que es queratolítico, es decir, quema. Este ácido está contenido en el interior de una tirita de forma redondeada que se aplica directamente sobre el callo. ¿Para qué? Para quemar. Ni más ni menos. Se trata de quitar el callo mediante un proceso físico, quemando la piel. 

El efecto secundario de aplicar este callicida es que no solo se quema la piel afectada, es decir, el callo, sino que afecta a toda la piel circundante tal y como se aprecia en la imagen 1. ¿Y esta es la forma de tratar los callos? NO.

El callo debe quitarse con bisturí. Y no nos asustemos con la palabra bisturí. Es un proceso indoloro por completo. Se trata de eliminar esa formación dura de piel que se introduce hacia el interior de la piel (que es básicamente la definición del heloma interdigital) cortándola. Ni se produce sangre ni dolor.

Al retirar ese callo con el bisturí queda una oquedad que será rellenada de queratina (la célula de la piel) volviendo a su estado inicial a la aparición de la lesión si no existe un punto de presión que lo impida (imagen 2). 

Imagen 2. En el dedo pequeño se observa en el centro del área de la piel blanca un agujero de pequeñas dimensiones. Ahí estaba alojado el callo (Heloma interdigital, HLI).

Como se ve en la imagen 2, el callo se ha eliminado mediante el bisturí. Sin embargo, la zona quemada por el ácido salicílico va a seguir ahí hasta que se renueve por ella misma. Es posible reducirla al máximo con el bisturí pero no eliminarla, puesto que en ese caso hay riesgo de provocar una herida. En otras palabras: al quitar la piel se deja la piel viva, la que duele. Entonces va a ser peor el remedio que la enfermedad.


¿Y por qué continúa doliendo después de que el podólogo lo quita?

Como se explica en la anterior entrada mencionada al inicio de estas líneas, el callo se produce por un exceso de presión. Eso quiere decir que en el caso de los callos entre los dedos, la presión está producida por el contacto excesivo entre dos dedos. Esto se agrava con el uso de un zapato estrecho que aprieta más los dedos. Por eso no basta con quitar el callo, sino que es necesario ir más allá: descargarlo. Hay que separar los dedos.

En otra entrada se explicará de qué forma se puede hacer esto.