jueves, 25 de enero de 2018

Una uña engrosada que provoca la formación de pus

Se suele conocer que la formación de pus en la piel acontece cuando uno se clava algo. Ese "algo" es declarado culpable de la formación del pus porque las fuerzas de seguridad de nuestro cuerpo conocidas como el sistema inmune al pedirle el DNI resulta que no pertenece al cuerpo. Y en consecuencia es nombrado persona non grata y se le considera como cuerpo extraño. ¿Y cómo lo elimina la policía? Pues creando un absceso que contiene los restos de la lucha cuerpo a cuerpo entre policía y cuerpo extraño, resultado el pus.

Hablando de pies este proceso se da en las uñas. Por lo general cualquiera puede pensar que si la uña tiene pus es porque está clavada (onicocriptosis). Y es verdad. Pero también se dan casos en los que la simple presión sobre la uña por parte de un calzado estrecho o si es producida por la misma uña puede generar este proceso. 

Cuando es la propia uña quien genera la formación de pus sin estar clava hablamos de una uña engrosada, conocido en términos podológicos como onicogrifosis. ¿En qué consiste? La placa ungueal, conocida por el común de los mortales como la uña, en vez de tener unos milímetros de grosor tiene unos cuantos más. Yo he visto y tratado uñas onicogrifóticas de más de 5 mm de grosor lo cual si uno coge la regla y los mide, pues es bastante. Pero de haberlas superiores a los 5 mm, las hay.

Pues cuando la uña está así se produce presión sobre el lecho sobre el que reposa (lecho ungueal). Si a eso se le acompaña que los laterales de la uña también gustan en enrollarse sobre sí mismos tenemos la combinación perfecta. Toda esta presión mantenida en el tiempo se traduce, repito, en ocasiones, en la formación de pus por cuestiones que solo sabe la policía (sistema inmune).


¿Y cómo actuar cuado uno se lo ve? La cosa es muy sencilla: hay que desbridar, o sea, abrir y sacar el pus. Y ahí va el problema: "eso tiene que doler mucho". Pues no. Para ser más exactos en función de si la localización del pus está en un territorio de nervios, y no me refiero a tener nervios sino a una zona con terminaciones nerviosas que se chivan al cerebro del dolor, dolerá o no lo hará. 

Si vamos al caso concreto de la imagen, no duele. A no ser que quien lo tenga que hacer sea poco cuidadoso y se pase de profundidad al cortar como suele suceder cuando uno se quita la sangre de debajo de la uña después de darse un golpe importante: mientras solo se perfore uña, sin problema. Si se sobrepasa la uña: problema.

En consecuencia lo mejor para estos casos es que alguien que tiene por afición la podología lo trate. Porque además de quitar el pus luchará contra el grosor de la uña, el auténtico culpable. ¿Cómo? Pues fresando. Tan simple. Y de nuevo, no hay dolor. Tranquilidad.

jueves, 18 de enero de 2018

"Se me clava la uña cada dos por tres". ¿Cómo lo solucionamos?


Para todas las personas que en algún momento han ido a la consulta del podólogo una y otra vez y le han dicho: "aquí estamos de nuevo. ¿No habrá una solución definitiva para esto? Ya estoy liado otra vez con la uña". Y esta es la segunda versión: "me he notado algo y antes de que dé problemas he venido a verte".

Realmente estos dos motivos de consulta sirven para describir muchos problemas de pies. Pero voy a dedicarlo a uno. Muy concreto: la onicocriptosis. Es decir, la uña clavada, el uñero y todo el resto de nomenclatura popular, aunque yo solo conozco estas dos. Pero por imaginar...

¿Qué le sucede a alguien que sufre cada dos por tres dolor de uñas porque esta o estas se le clavan? Pues que al final se le aconseja optar por la mejor solución: la intervención quirúrgica, o en vocabulario podológico, la matricectomía parcial.

Cuando esa persona que ya ha sufrido varios o muchos episodios de uña clavada debe saber que aunque existen otros tratamientos encaminados para reconducir la uña, como pueden ser las ortonixias, brackets y sucedáneos, en un alto porcentaje de ocasiones que no se justifican con ninguna incidencia probada la cirugía ungueal es muy recomendada. Con ello se consigue erradicar el problema de base.

Mi propósito es explicar de forma sencilla y sin entrar en excesivos tecnicismos por qué etapas a pasar cualquier persona que decida operarse la uña. Y vaya por delante que respondiendo a la pregunta que me realizan muchas veces, no duele. Ello es gracias a un gran invento que revolucionó la cirugía: el bloqueo nervioso por todos conocido con el nombre de anestesia.

Eso sí me he propuesto poner a prueba las sensibilidades más pudientes. Así que las imágenes son las que son.

Voy a plantear un caso real correspondiente a una mujer que en su momento contaba con 51 años de edad. En esta primera imagen se puede observar como realmente la uña no la tenía clavada. Sólo se observa un poco de pus en el lateral de la uña. Esto es producto de la presión de la uña sobre los tejidos blandos del canal ungueal, en otras palabras, la piel que hay debajo del lateral de la uña. Cuando esta presión es excesiva suele aparecer este absceso que tiene muy fácil solución: se hace un corte, se evacua y se aseptiza. Simple.


 

En este caso dado que para la señora en cuestión ya empezaba a ser un incordio se acordó realizar una matricectomía. Con ello se eliminaría el canal ungueal afectado. En otras palabras: el lateral de la uña que estaba causando el problema se elimaría sin condiciones.

Pues a por la cirugía. Del proceso quirúrgico no voy a insertar imágenes porque o no las tengo o no las conservo. Pero ya he dicho que el proceso no es doloroso para nada.

Las siguientes paradas con las que se encontró la señora en cuestión fueron las curas postquirúrgicas. Se suelen realizar a los dos y cuatro días tras la intervención. Y en ellas solo se comprueba que todo va bien, se limpia de los restos de exudado que inevitablemente se han formado y si se han puesto tiras de aproximación se cambian por higiene. Cosas que no deben suceder en todo este proceso son la no existencia de infección y la no separación del borde ungueal operado respecto del dedo. Encontrarse el dedo durante los primeros días como se ve en estas imágenes es de lo más normal. Así que no hay motivo para asustarse.

Veamos la cronología para este caso.

Dos días después de la intervención



4 días después de la intervención

6 días después de la intervención









5 días antes de dar el alta
Y para acelerar el proceso y no hacerlo lento ¿un año después como estará la uña? ¿Se habrá eliminado el lateral de la uña que causaba las molestias? Como en este caso se operaron al mismo tiempo los dos laterales la mejor forma de ver el resultado favorable es observar como por debajo de la uña, en los laterales, hay un espacio libre entre la placa ungueal y el lecho.



Un consejo: a la cirugía ungeal no hay que temerle. Y cuando "se me clava la uña cada dos por tres" una solución práctica y definitiva si ya se está un poco molesto con la cosa es la cirugía.

domingo, 14 de enero de 2018

El intrusismo profesional: en podología

El código penal de España describe el intrusismo profesional como el hecho de "ejercer actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo a la legislación vigente" (Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo. Artículo 403).

Esta fue la idea central que dio paso a la elaboración de un cortometraje que sirvió como trabajo práctico de la asignatura por parte de Claudia, Clara, Andrea, Mireia, Alicia y Marina. Todas ellas cursaron la asignatura Podología Preventiva durante el pasado curso académico 2016-17 de la que soy yo el profe.

Y aprovechando el tema explicaron detalladamente qué es el podólogo. No está nada mal para unas alumnas que solo recibieron 8 horas de clase entre teoría y práctica sobre medios de comunicación y comunicación aplicada a la Podología. Ojalá se formara a todos los profesionales en comunicación para aprender a hablar de su trabajo.

Ahí lo dejo.